Gracias Soledad Bendita Maestra
La vida como excelente
instructora me ha devuelto una vieja lección la cual en el pasado había
reprobado. Esta lección se llama la
soledad. Uno de los estados más temido por el hombre. Debido a que la mayoría
de los humanos somos incompletos. Necesitamos a otros para poder llenar esa vacío
que tenemos adentro.
En el pasado este vacío
estuvo en mí y me motivo a tomar decisiones basadas en emoción que no fueron
para mi beneficio o el beneficio del otro. Siempre buscaba otro sediento en el
desierto para compartir mi sed. Como dos
personas que son incompletas pueden estar en un estado de amor y felicidad.
Cada cual esclavizara al otro buscando su propio beneficio. Pero sin embargo
cuando te das cuenta que es una persona completa que no necesitas a nadie para
ser feliz y que tienes para dar por que no tienes que aferrarte a nada para
sentirte completo entonces estas preparado para compartir lo que sea.
La soledad puede ser
un gran regalo. Es un momento poderoso en el tiempo que te permite observarte y
darte cuenta si eres una persona completa o incompleta. Que puedes darte cuenta
si realmente eres una teoría o aquello que hablas del desapego, la dualidad, el
amor o el ser total son tu mentira personal o una realización que has
incorporado. Para mí la soledad me ha dado tiempo para darme cuenta que tan
libre soy. Que mis decisiones de estar con alguien o hacer algo por alguien
vienen totalmente de la independencia que tengo al relacionarme con ellos. Que
el amor no es un intercambio si no una oportunidad.
No existe nada mejor
que reírse solo, tomarse una tina caliente con velas e incienso. Prepararse los mejores alimentos, ejercitarse porque te gusta sin buscar algún resultado
en particular que no sea el bienestar. Meditar en el momento que lo sientas. La soledad nos brinda el poder de
encontrar el equilibrio de legitimidad de eso que nos resonó en alguna
lectura y que ahora realizamos totalmente.
Todos viven en una búsqueda
de encontrar al otro, de encontrar el amor en otro, de encontrar su alma
gemela. Pero pocos buscan completarse al tratar de encontrarse, de amarse, de
comunicarse con su propia alma. La soledad nos ayuda tanto a olvidar, perdonar
y aceptar los sucesos de la vida tal y como son.
Realmente es un gran regalo, es una pausa en todo esto de las
relaciones, las dependencias, los deseos, las ambiciones, la dualidad de lo
correcto y lo incorrecto. Es el momento de detener esa vocecilla de la mente y
poder escuchar un poco más adentro. Es
ese momento cuando llegamos a unas de las cimas de las montañas y nos tomamos
un momento para mirar que tan alto estamos y a la vez darnos cuenta que
hay montanas más alta a nuestro alrededor que aún no hemos conquistado.
Gracias soledad por
haberme mostrado tanto….
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